Sí, medir es clave. Es verdad, necesitamos datos, KPIs, marcos lógicos, reportes y retorno de la inversión. Ok. Pero también menos promesas y más acciones.
No perdamos de vista lo esencial: las promesas se cumplen con hechos, no con gráficos.
En sostenibilidad y trabajo comunitario por ejemplo, hay una tendencia creciente a sobreanalizar, sobre planificar y sobre informar…
Mientras tanto, lo urgente en los territorios, en las personas y en el planeta sigue esperando decisiones reales.
En Limbo sabemos que medir sin actuar es como tomar la temperatura, pero no atender la fiebre.
Evaluar es útil, pero no reemplaza el compromiso.
El impacto verdadero no se genera en las planillas excel o desde la ciudad, está en el terreno, en las acciones coherentes, en las sensaciones.
La mejor manera de comunicar sostenibilidad es primero hacerla posible. Cumplir antes de difundir. Transformar antes de medir. Usar menos las promesas y más las acciones concretas. Porque las métricas importan, pero lo que de verdad deja huella son los hechos..
¿y tu? Qué estás mejorando hoy y que pueda ser medido mañana?

